Suerte de larga admonición.

Como siempre, el miedo no es volver a empezar, si no tener el mismo resultado.
Obtener todo de distintas maneras pero siempre lo mismo.
No querer seguir todo por lo mismo, todo por no aceptar las cosas como son.
Uno ya se cansa de sufrir, por lados distintos,
Ya no me alcanzan las palabras para decir que lo que quiero no esta acá, cambiar y seguir.
Pero no todo es tan fácil como decirlo, no todo esta resuelto como para huir y mientras más lo pienso, no me cierra nada.
Ya ni querer levantarse y continuar un dia normal. Con los desvarios de un dia común y corriente.
Mascullar días y noches, inventando tramoyas, todos los santos días.
Hasta que quizá fue un sueño, quizá no lo fue, dejo de ser una criatura fingida, cobrando dimensiones reales, estoy ahí, viva y le dirijo una suerte de larga admonición.

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